¿Estrella fugaz?, por Eduardo Ruiz-Healy

Hace casi tres años, el 1 de julio de 2012, Miguel Ángel Mancera ganó la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal después de obtener el 67.24% de los votos emitidos en las elecciones realizadas ese día. 

Mancera no solo apabulló a sus contrincantes sino que logró lo que ninguno de sus antecesores en el cargo había podido: ser electo por una mayoría absoluta. Recordemos que en 2006 Marcelo Ebrard resulto victorioso al ganar el 46.37% de la votación; que en 2000 Andrés Manuel López Obrador ganó con el 34.5%, superando por solo 1.1 puntos porcentuales al panista Santiago Creel; y que en 1997 Cuauhtémoc Cárdenas, que en esa época estaba en la cúspide de su carrera política, se convirtió en el primer jefe de gobierno al hacerse del 48.1% de los votos.

Ese 1 de julio de 2012, la coalición PRD-PT-MC que postuló a Mancera también ganó 14 de la jefaturas delegacionales y 38 de las 40 diputaciones locales de mayoría.

En pocas palabras, el actual jefe de gobierno llegó con un inmenso capital político a su disposición y el control absoluto de la Asamblea Legislativa del DF y los gobiernos delegacionales.

Tenía todo a su disposición para proyectarse sin mayor problema hacia la carrera presidencial de 2018. Sin embargo, de un día para otro los electores del DF derrumbaron sus expectativas hacia el 18.

De 14 delegaciones que tenía bajo su control perdió ocho y ahora, a partir del 1 de octubre venidero, solo gobernará seis: Álvaro Obregón, Coyoacán, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa y Venustiano Carranza.

De las 38 diputaciones locales de mayoría relativa que seguían sus instrucciones solo le quedarán 16 (si es que no algunas menos debido a lo cerrado de los resultados electorales en algunos distritos) a partir del próximo septiembre.

El domingo pasado los electores castigaron a Miguel Ángel Mancera debido a que en tres años no ha demostrado ser el gobernante que se esperaba que fuera. Muchas zonas de la ciudad siguen siendo altamente inseguras, el caos vial es cada día peor, la contaminación va en aumento, el fraude de la Línea 12 del Metro sigue sin esclarecerse y los posibles malos manejos de OHL México ni siquiera se han cuestionado, el gabinete del jefe de gobierno sigue siendo un Club de Tobi en donde la membresía se obtiene por la amistad con el jefe y no por méritos, la corrupción en las delegaciones ha sido motivo de diversos escándalos si que se le ponga remedio.

Después de las elecciones del domingo pasado cabe hacerse la pregunta si el astro brillante que parecía ser Mancera no resultó ser simplemente una estrella fugaz.



Twitter: @ruizhealy
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