
La campaña que registró casos en Brasil, Canadá y Estados Unidos muestra que la nación más afectada por esta amenaza fue Perú:
Este tipo de distribución de detecciones ya se había observado en una de las investigaciones más importantes que publicó ESET Latinoamérica: Operación Medre, el primer caso de espionaje industrial en Latinoamérica, y que curiosamente también se dio en Perú.
El malware detrás de todas estas acciones se relacionan a una botnet que, al infectar un sistema, instala todos los componentes necesarios que le permiten utilizar los recursos del mismo para generar bitcoins y comunicarse con su panel de control a través del protocolo HTTP. Uno de los componentes más efectivos de la propagación de este código malicioso, tiene que ver con su capacidad de infectar los dispositivos USB conectados a un sistema comprometido. De esta manera, este malware oculta las carpetas y los archivos para reemplazarlos con accesos directos y seguir la propagación en otras máquinas donde se conecte el dispositivo USB
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