Tras el auto hiperconectado

Tecno Empresa, Hugo González

Detroit. Teniendo como postal la impresionante Torre GM, en el emblemático Renaissance Center (también conocido como GM Renaissance Center), te presumo que me encuentro en la cuna de la industria automotriz estadunidense para asistir a una nueva edición del Auto Show, que como cada año reúne a la crema y nata (congelada) del sector.
Te preguntarás qué tengo que hacer en un acto donde se reúnen los expertos del motor y el volante y donde (literalmente) hasta el más chimuelo masca tuercas, mientras que este modesto seudoespecialista en tecnologías de la información y comunicación toca terrenos fangosos, pues lo más que sabe de un auto es si “le ponemos Magna a o Premium”.
En descargo, déjame decirte que desde hace un par de años veo cada vez más cerca la sinergia entre estas dos industrias, la automotriz y la de las TIC, porque cada vez vemos con mayor regularidad esfuerzos de varias empresas, de una u otra industria, para tener un auto cada vez más inteligente y con cientos de sensores que permitan contar con un vehículo hiperconectado a las redes de internet y, por qué no, en un futuro próximo contar con un coche autónomo.
Algunos dicen que pueden pasar algunos lustros o décadas para que los vehículos autónomos sean una realidad en el mundo, porque eso implica no solamente un desarrollo tecnológico que cada vez está más cerca, sino también cambios en las legislaciones y toda la serie de convenciones y acuerdos que a lo largo de los años ha alcanzado la industria; sin embargo, hay quienes piensan, como yo, que tal vez en el próximo lustro sea toda una realidad. Ya lo veremos, mientras tanto voy derecho y no me quito. Beep-beep.
Sobre el pajarito caradelibro
Volví a leer el documento de Susana Herrera-Damas sobre el uso de las redes sociales y lo comparo nuevamente con el reglamento emitido por Grupo Televisa sobre el uso de cuentas personales de sus empleados, y me llevo la sorpresa de que la investigadora española halló 22 normativas de igual número de medios del mundo, las cuales se parecen mucho entre sí, incluidas las del medio mexicano, pero en las cuales la recomendación que más se repite es “evita expresar tu opinión”.
Seguida de esta recomendación u orden se encuentra la que dice: “Sé íntegro y ejemplar… y que lo parezca” porque, como dice la investigadora: “Cada vez resulta más difícil separar las esferas personal y profesional, con el consiguiente riesgo de que la primera pueda comprometer a la segunda”. ¿Oíste, Chris? ¿Oíste, Lucerito?
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