A partir de enero de 2016, todas las personas morales y físicas con ingresos menores a cuatro millones de pesos están obligadas a llevar su contabilidad de forma electrónica, es decir, 4.2 millones de contribuyentes. Esto significa que sus asientos contables, registros y libros en papel tendrán que ser digitalizados, y la información contable deberá ser enviada por Internet al Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Con el propósito de cumplir en tiempo y forma con esta disposición, es necesario que las pequeñas y medianas empresas (Pymes), además de los emprendedores, consideren que el proceso de clasificación y de captura de la información requerida toma tiempo, por lo que no deben dejarlo para el último momento.
Para simplificar estos deberes fiscales, el uso de un software contable se vuelve inminente. El sistema que elijan debe tener la capacidad de conectar las operaciones contables con las de las distintas áreas del negocio, asegurando su claridad, y de generar automáticamente y de forma muy sencilla los documentos que integran la contabilidad electrónica para luego ser entregada al SAT con todos los requisitos establecidos.
“La contabilidad electrónica implica olvidarse del uso de papel para facturar y llevar las cuentas, por lo que el manejo de las finanzas de las empresas se vuelve más eficiente; sin embargo, estos cambios definitorios solo se realizan cuando la autoridad fiscal lo exige y pone una fecha límite para ello”, comentó Brian Nishizaki, director de ventas de Aspel, firma mexicana desarrolladora de software.
Es importante que los empresarios se apoyen en su contador para aplicar exitosamente este nuevo esquema, pero también es necesario involucrar a otras áreas de la compañía, como el departamento de compras, almacén, cuentas por pagar y tesorería, por lo que la capacitación del personal será vital para que este proceso se lleve a cabo en armonía.
Para facilitar su implementación, la contabilidad electrónica no debe ser vista sólo como una obligación fiscal, sino como una herramienta que ayuda a tener un mejor control del negocio, pues mejora la administración de las cuentas, aumenta la seguridad de la información, disminuye el uso de archivos de papel que tenían un alto costo de producción, entre otros beneficios.
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