Ya desde hace algunas semanas te comenté que, al parecer, a los legisladores no les corre mucha prisa elaborar, discutir y publicar las leyes secundarias para el sector telecomunicaciones, pues pese a que ellos mismos se impusieron el plazo de tenerlas listas el 9 de diciembre, con toda la desfachatez de un estudiante puberto que presentará 8 exámenes extraordinarios, los legisladores nos pintaron un dedo, y a ritmo de un a’i pa’ la otra, se fueron de vacaciones con la conciencia tranquila y el gusto de saber que están salvando a la nación.
Muchos pensaban que los salvadores de la patria comenzarían el año con el serio compromiso de enmendar la página y comenzar a cumplir con los pendientes arrastrados desde hace más de un mes, pero, al parecer, no será tan fácil, pues su abultada y comprometida agenda no les permitirá acabar con esos temas irresueltos, y, si bien nos va, en dos semanas, cuando empiece el nuevo periodo ordinario de sesiones, saldrá la regulación secundaria de la reforma energética, y después, pues ya veremos.
Bueno, al menos en eso me quedé hasta el viernes pasado, cuando supe que los coordinadores de las tres principales bancadas en la Cámara de Diputados habían definido el orden sobre los temas a discutir en el periodo ordinario, y su distribución nos indica claramente cuáles son las prioridades de los héroes nacionales: energía, telecomunicaciones y política.
Si hasta parece que les urge y les van a cobrar intereses si no sacan pronto la reglamentación de la reforma energética, y por eso creo que en unas de esas sacan rapidísimo todas las nuevas leyes que se requieren, pero conociendo el estira y afloja de los ilustres políticos nacionales, posiblemente toda esta maraña jurídico-energética comenzará a tomar orden a finales de febrero y será hasta entonces que se podrá pensar en las leyes secundarias en telecomunicaciones.
Sin embargo, no creo que la discusión que veamos en marzo sea un día de campo, pues seguro estoy que habrá fuerte cabildeo para poner o quitar varios asuntos que son sensibles para los operadores de telecomunicaciones y de radiodifusión; lo que hará previsible que, si bien nos va, para finales de marzo tengamos nuestra flamante reglamentación al sector, que de paso le ayude al Ifetel (o IFT) para que no se siga haciendo como que la virgen le habla.
Por eso creo que, como las cerezas, la reforma estará madura para abril o para mayo. Si bien nos va.
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