Tecnología desempleadora, por Eduardo Ruiz-Healy

En el Consumer Electronics Show realizado a principios de enero pasado en Las Vegas, Nevada, pude ver los prototipos de automóviles robotizados. Son vehículos que se estacionan solos o recorren muy pequeñas distancias sin requerir de un conductor. Primitivos realmente si pensamos que un automóvil, camioneta, camión o autobús verdaderamente robotizado debe ser capaz de ir de un lugar a otro, resolviendo todos los problema de tránsito que se le presenten, tal y como si estuviera siendo conducido por un manejador experto.

De esos prototipos surgirán los vehículos que nos permitirán transportarnos a destinos cercanos o lejanos sin que los tengamos que manejar. Se conducirán solos y durante el trayecto podremos dormirnos, leer, platicar con nuestros acompañantes, hablar por teléfono, ver un programa de televisión o simplemente ver el paisaje. Manejar un vehículo será algo del pasado, tal como muy pronto lo serán los teléfonos fijos.

Primero serán eléctricos y capaces de viajar cientos o miles de kilómetros antes de que sea necesario recargar sus baterías. Luego, es muy probable que sus baterías se estén recargando constantemente durante el día mediante celdas solares.

Estos vehículos serán más seguros que los que actualmente son conducidos por seres humanos.

La tecnología está avanzando a pasos cada vez más acelerados y los vehículos robotizados empezarán a dominar el mercado antes de lo que podemos imaginar. Algunos dicen que en no más de 10 años.

¿Cómo afectará esta nueva tecnología a nuestro mundo?

En primer lugar dejará sin trabajo a millones de conductores de vehículos de carga y transporte de pasajeros. Tan solo en Estados Unidos quedarán desempleados 3.5 millones de choferes de vehículos de carga y muchos de los otros 5.2 millones de trabajadores de la industria del transporte de carga.

También no tendrán nada que manejar millones de taxistas alrededor del planeta. Los consumidores que dentro de una zona urbana quieran ser llevados de un lugar a otro en un vehículo manejado por un ser humano podrán usarán los servicios de Uber o una empresa similar.

En su libro El Fin del Trabajo (1995), Jeremy Rifkin analizó como la automatización, robotización y computarización de muchas de las actividades realizadas por el hombre dejarían a éste sin un trabajo. Han transcurrido 20 años desde que lo señalara y sus pronósticos se han venido cumpliendo.

La tecnología liberará al ser humano del trabajo, pero lo dejará desempleado. ¿Qué hacer con masas de hombres y mujeres desocupados? Rifkin se aventuró a proponer diversas soluciones. Conviene releerlo.


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