Buscan México y Brasil superar la era de rivalidades, por Claudia Villegas

Las relaciones económicas y empresariales entre México y Brasil serán noticia esta semana en el marco de la primera visita de Estado de la presidenta Dilma Roussef.

El 50 por ciento de los empresarios brasileños enfrentan problemas para exportar a México mientras las inversiones directas en nuestro país en el sector siderúrgico y petroquímico suman más de 2,000 millones de dólares. Aparentemente, los brasileños quieren más. Antes, no obstante, será necesario recuperar la cooperación y dejar a un lado la rivalidad que se construyó durante los sexenios panistas. Después, las críticas del ex presidente Lula Da Silva contribuyeron al distanciamiento.

El intercambio comercial entre México y el gigante brasileño es apenas de 9 mil millones de dólares. No es extraño porque – al menos durante la presidente de Luis Inácio Lula Da Silva, la nación sudamericana intentó por todos los medios disputarle a México el liderazgo en América Latina. La nomenclatura del Grupo BRIC que posicionaron los analistas del banco de inversión Goldman Sachs se convirtió en el mejor pretexto.

México no fue incluido – como usted recuerda – en las naciones que como China, India, Rusia y Brasil presentaban las mejores expectativas de crecimiento. Y fue, además, durante el gobierno de Felipe Calderón, cuando Brasil despegaba como una estrella ante los ojos de los inversionistas. Sin embargo, las cosas han cambiado porque Brasil tiene que hacer frente ahora a problemas estructurales como el déficit y el endeudamiento sin olvidar la concentración del ingreso.

Ahora, Enrique Peña Nieto y Dilma Roussef, en un escenario de lento crecimiento y de gran competencia por las inversiones, buscarán coincidencias a través de mecanismos multilaterales como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Brasil también buscará compartir experiencias con México en materia social. Por ejemplo, se analizará el programa Fome Zero (Hambre Cero) para luchar contra este grave problema que aqueja a ambos países.

En materia de negocios, se actualizará el acuerdo de cielos abiertos que se firmó en 2011. En Brasil ya se anunció que este convenio facilitará las conexiones aéreas porque el anterior lo limitaba el incremento en los vuelos en los aeropuertos de Guarulhos en Sao Paulo y Ciudad de México, por las limitaciones de infraestructura aunque sí liberó el número de vuelos entre las demás ciudades brasileñas y mexicanas. El problema es que, hasta ahora, el aeropuerto de la Ciudad de México sigue teniendo las mismas limitaciones por lo que se prevé que otros aeropuertos de ciudades del país se incluyan en el acuerdo.

También se firmará un Memorando de Entendimiento sobre Cooperación Turística, un área en la que – por cierto – ambos países compiten por los grandes compradores de playa.

Los gobiernos de México y Brasil también firmarán un Acuerdo de Cooperación y Facilitación de Inversiones (ACFI) que ese país sudamericano ya firmó con Angola y Mozambique. Brasil recibe inversiones por más de 23,000 millones de dólares, un serio competidor para México. Las inversiones de empresas brasileñas en México sumarían al menos 2,000 millones de dólares y gran parte de ella, como le hemos reportado en este espacio tiene que ver con el sector petrolero y petroquímico en la inversión de la planta Etileno 21 de Braskem en Nanchital, Veracruz. Hablamos de la coinversión por 3,200 millones de dólares en donde Grupo Carso de Carlos Slim participa a través de la mexicana IDESA.

Otro proyecto significativo de Brasil en México es el del complejo siderúrgico de la empresa Gerdau en el estado de Hidalgo y que representa una inversión por 600 millones de dólares.

Así, Brasil quiere ampliar la lista de productos para exportar a México que se incluyen en el convenio bilateral conocido como ACE 53 con más de 800 productos. Otro objetivo es el ACE 55 que incluye insumos por la industria automotriz porque a Brasil parece quedarle claro que el líder en Norteamérica será México que ya había pedido ampliar los acuerdos con la economía brasileña. Antes, la respuesta no fue positiva pero ahora las cosas han cambiado.

Mediante una Comisión Binacional que incluirá a secretarios de áreas clave, México y Brasil darían seguimiento a estas propuestas.

@LaVillegas1

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