La mágica Reforma de Telecomunicaciones, #columna de @hugogonzalez1 en Milenio

En la búsqueda de ejemplos que motiven la creación de nuestro ecosistema digital en materia educativo me encuentro datos interesantes. Unos me caen por cuenta de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que sigue enamorada de la Reforma de Telecomunicaciones.

La @SCT_MX dice que la reforma permitió a México escalar en el índice de accesibilidad a Internet de la OCDE al pasar del lugar 93 al cuarto. Afirma que saltamos 10 sitios al pasar del lugar 79 al 69 del Informe Global de Tecnologías de Información 2015 del Foro Económico Mundial. Añade que la Reforma ha permitido una mayor penetración en banda ancha, al pasar de 22 suscriptores a 57 por cada 100 habitantes.

Aceptando (sin conceder) que tenemos más acceso a internet por la mágica reforma de telecomunicaciones me pregunto: ¿de qué nos sirve? ¿Nos conectamos para ver videos en YouTube, para stalkear en Facebook o para whatsapear y tuitear? ¿Vale de algo tener más centros de conectividad sin contenidos? Es inútil tener más puntos de acceso si no los llenamos de opciones atractivas para aprender y elevar la productividad.

Yo sé de una empresa social que crea espacios y modelos educativos para personas de escasos recursos. A la fecha, casi 1 millón de mexicanos se han registrado en estos centros de capacitación. Sus principales proyectos son la Red de Innovación y Aprendizaje (RIA) para niños y los puntos del programa México Conectado. También tiene 50 bibliotecas digitales y algunos centros para emprendedores apoyados por el Nacional Monte de Piedad.

Pero lo más bonito es su plataforma conocida como Mako la cual le permite monitorear y gestionar el desempeño de los centros. Con ella obtiene información estadística diaria de las actividades administrativas y docentes de los centros. Con esa información se puede saber al día la suma y calidad de la educación de los alumnos. Al ser una plataforma digital también sirve para diseñar y subir cursos online para los usuarios. Por eso es posible tener cursos de inglés, computación comercial y de oficina o emprendimiento. Se llama Enova y la dirige @moischerem, un ejemplo de cómo la industria está lista para crear ese ecosistema educativo digital.

Una muestra de que solo nos falta ese empujón oficial para que esto sea una realidad y no un peligroso espejismo triunfalista. Sí, la reforma de telecomunicaciones ha ayudado mucho pero faltan varios cabos por atar y desatar. No vaya a ser que la magia se nos escape de la chistera en los próximos meses.
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