El objetivo de Los Extraditables en principio fue la lucha contra la extradición de colombianos al exterior mediante la utilización de la amenaza y la sentencia de muerte a quienes se mostraran de acuerdo con esa medida. Era influir en la sociedad y en los estamentos jurídicos y legislativos del estado para que no existiese tratado de extradición con los Estados Unidos. Inicialmente el grupo se dedicó a publicar avisos de prensa en donde defendían su posición, así como a influir en partidos políticos para que defendieran sus tesis. Sin embargo, con el paso del tiempo esto se convirtió en una guerra entre el estado y la mafia. El estado persiguiéndoles con cuerpos militares especializados y los narcotraficantes poniendo bombas en ciudades. Sus miembros fueron en gran parte del Cartel de Medellín y otros allegados vinculados al negocio del narcotráfico”.
Escobar Gaviria y sus cómplices sabían muy bien que si eran extraditados difícilmente volverían vivos a Colombia y que el resto de sus vidas las pasarían encerrados en cárceles de alta seguridad estadounidenses sin ninguno de los privilegios que sí podían disfrutar en las cárceles de su propio país.
Durante el gobierno de Felipe Calderón muchos narcos fueron extraditados a Estados Unidos, entre ellos los hermanos Benjamín y Eduardo Arellano Félix, líderes del Cártel de Tijuana; Osiel Cárdenas Guillén, jefe máximo del cártel del Golfo; Héctor “El Güero” Palma, del cártel de Sinaloa; Miguel Caro Quintero, del Cártel de Sonora; Mario Villanueva, exgobernador priísta de Quintana Roo. Cuando sean liberados, si no mueren antes en prisión, todos ellos serán sexagenarios o septuagenarios.
Hasta ayer, el narco más prominente en ser enviado al vecino país en lo que va del actual sexenio era Alfredo “El Mochomo” Beltrán Leyva, uno de los capos del Cártel de los Beltrán Leyva, extraditado el 15 de noviembre de 2014.
Y digo hasta ayer porque ayer mismo fueron extraditados 13 narcotraficantes, entre ellos Edgar “La Barbie” Valdez Villareal, sicario del Cártel de los Beltrán Leyva; y Jorge Eduardo “El Coss” Costilla Sánchez, quien fue el sucesor de Osiel Cárdenas al frente del Cártel del Golfo.
Extraditar narcotraficantes a Estados Unidos, sobre todos a los jefes de las diversas organizaciones, ha comprobado ser un método eficaz para debilitar a estas en vista de que los aísla totalmente de sus cómplices y subordinados.
El presidente Peña Nieto se hubiera ahorrado muchos problemas si hubiera extraditado a Joaquín “El Chapo” Guzmán, capo del Cártel de Sinaloa, inmediatamente después de su captura el 22 de febrero de 2014.
Sitio web: ruizhealytimes.com
e-mail: eduardoruizhealy@gmail.com
Twitter: @ruizhealy
Escobar Gaviria y sus cómplices sabían muy bien que si eran extraditados difícilmente volverían vivos a Colombia y que el resto de sus vidas las pasarían encerrados en cárceles de alta seguridad estadounidenses sin ninguno de los privilegios que sí podían disfrutar en las cárceles de su propio país.
Durante el gobierno de Felipe Calderón muchos narcos fueron extraditados a Estados Unidos, entre ellos los hermanos Benjamín y Eduardo Arellano Félix, líderes del Cártel de Tijuana; Osiel Cárdenas Guillén, jefe máximo del cártel del Golfo; Héctor “El Güero” Palma, del cártel de Sinaloa; Miguel Caro Quintero, del Cártel de Sonora; Mario Villanueva, exgobernador priísta de Quintana Roo. Cuando sean liberados, si no mueren antes en prisión, todos ellos serán sexagenarios o septuagenarios.
Hasta ayer, el narco más prominente en ser enviado al vecino país en lo que va del actual sexenio era Alfredo “El Mochomo” Beltrán Leyva, uno de los capos del Cártel de los Beltrán Leyva, extraditado el 15 de noviembre de 2014.
Y digo hasta ayer porque ayer mismo fueron extraditados 13 narcotraficantes, entre ellos Edgar “La Barbie” Valdez Villareal, sicario del Cártel de los Beltrán Leyva; y Jorge Eduardo “El Coss” Costilla Sánchez, quien fue el sucesor de Osiel Cárdenas al frente del Cártel del Golfo.
Extraditar narcotraficantes a Estados Unidos, sobre todos a los jefes de las diversas organizaciones, ha comprobado ser un método eficaz para debilitar a estas en vista de que los aísla totalmente de sus cómplices y subordinados.
El presidente Peña Nieto se hubiera ahorrado muchos problemas si hubiera extraditado a Joaquín “El Chapo” Guzmán, capo del Cártel de Sinaloa, inmediatamente después de su captura el 22 de febrero de 2014.
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