La primera ocurrió hace casi dos años pues la reforma constitucional en telecomunicaciones establecía que en 2014 iniciaría su construcción. Estamos en 2016 y la Red Compartida no ha comenzado a construirse y su licitación se posterga más.
La segunda ocurrió a finales del año pasado cuando se pospuso la publicación de las bases de licitación de la red. El argumento oficial (de noviembre) fue que diciembre no era un buen mes para publicar dicho documento y por eso se pospuso hasta enero. Sin embargo, ya desde agosto del año pasado se veía ese retraso pues se habían prometido unas prebases para septiembre lo que nunca ocurrió.
La tercera ocurrió el 18 de marzo cuando la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el Ifetel recorrieron las fechas previstas. El retraso en promedio es de un mes.
En este Vía Crucis que ha seguido la Red Compartida se han intentado mostrar que existen muchas empresas que quieren entrarle al quite. Falso. Dicen las autoridades que era muy poco el tiempo que tenían los inversionistas interesados para formar sus consorcios y participar. Yo más bien lo veo como una especie de estira y afloja para convencer a los que realmente podrían rescatar el proyecto. No creo que “el número y complejidad de las consultas” sean tan difíciles de aclarar pues en licitaciones similares se han tardado menos.
Veo además que se amplió mucho el plazo para obtener la opinión favorable del Ifetel en materia de competencia económica e influencia. Este requisito del Instituto Federal de Telecomunicaciones (@IFT_MX) estaba previsto para el 3 y 4 de mayo. Con este ajuste, los presuntos interesados tienen tres meses más (agosto) para pedir la venía del Ifetel. Eso fortalece mi maliciosa hipótesis de que realmente se está haciendo manita de puerco a quienes pudieran rescatar el proyecto.
En términos bíblicos, la Red Compartida se encuentra en estos momentos entre Herodes y Pilatos. Nadie quiere echarse la responsabilidad de estropear la misión a menos que la rentabilidad sea alta y eso nadie lo ve posible. Conozco directivos de empresas, funcionarios y especialistas que en privado se atreven a decir que la Red Compartida es un sueño guajiro. De los 18 que compraron las bases de licitación solo unos cuantos tendrían interés en operar la Red, los demás solo lo hacen para conocerla más. Creo entonces que se busca un Simón Cirineo para levantar a la Red Compartida de su tercera caída.
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