Mota sí, maíz transgénico ¿no?; #columna de @hugogonzalez1 en Milenio

Hace unas semanas un magistrado ratifico la prohibición de dar permisos para la siembra comercial de maíz transgénico. Se trata de un empate porque solo se prohibió hasta que se confirme que la siembra experimental y piloto no contamina. Fue como jugar a las estatuas de marfil pues desde entonces nadie se mueve, aunque a los productores nacionales se los esté cargando el payaso.

Estamos en un año de crisis para el maíz mexicano y es urgente un cambio, me dice Ruben Chávez, presidente de la Alianza Pro Transgénicos. Años atrás habíamos tenido rendimientos históricos, los precios ya habían caído que fueron compensados con la sobreproducción. El año pasado (14-15) fue al revés los rendimientos pasados se convirtieron en rendimientos bajos y quebró mucha gente.

México opera como si no fuera productor de maíz y los datos de producción mundial para el ciclo 2015-2016 lo pronostica. Siendo el quinto productor de la semilla por debajo de EU, China, Brasil y Argentina; México es el segundo importador de maíz. Datos del departamento de agricultura de EU estiman que este año se produzcan 972 millones de toneladas métricas. Se estima que se vendan 133 millones de toneladas métricas de las cuales Estados Unidos venderá 31 por ciento, pero México comprará el 9 por ciento.

Desde hace casi cuatro años a la fecha los precios se han desplomado 54 por ciento. Los futuros de maíz de agosto de 2012 cotizaban la tonelada métrica en 327 dólares, pero a abril pasado ya estaba en 149 dólares. El colmo es que el rendimiento por hectárea en EU es de 10.6 toneladas, en Argentina es de 8 y el promedio mundial es de 5.5 toneladas por hectárea. El rendimiento en México es solo de 3.4 toneladas

Se estima que para este año tengamos en México una producción de 26 millones de toneladas, pero con un consumo de 37 millones de toneladas. Obviamente esto nos dejará un déficit de 11 millones de toneladas. Pero nadie hace nada. Todo mundo anda clavado despenalizando la autoproducción y consumo de la mota pero al maíz transgénico todos le huyen.

Se trata de un problema leguleyo, no es científico, ni económico, ni social. Nadie está pensando plantarlo en todo el país, solo en las zonas que está permitido, pero tampoco nadie le quiere entrar a esta discusión. Es romántico decir que somos país de origen de maíz, pero eso no sirve de nada si tenemos que importarlo y a veces hasta transgénico. El presidente va hasta la ONU a aventarse un rollazo sobre el uso de la mariguana pero este gobierno no quiere entrarle a la discusión de sembrar esta semilla. ¿O qué, para drogarse sí, para comer no?
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